Hizo el servicio militar en Campo Los Andes, en el Comando de Remonta y Veterinaria (denominado comunmente "La remonta"), donde trabajaban con el plantel de mulas del ejército.
Mulas viejas mañosas y soldados nuevos no era una buena combinación, prácticamente no había forma que las mulas se movieran cuando alguien se montaba encima.
No obstante, con Luis eran dóciles y coopetativas, lo que tenía asombrados a sus compañeros y superiores, lo que por supuesto él atribuía a su experiencia en el campo.
Lo que el resto no sabía es que Luis había colocado clavos en el talón de sus borceguíes y los cortó sobresaliendo algunos milímetros, lo cual resultaba imperceptible pero funcionaba como un buen par de espuelas, las que no estaban permitidas para los "colimbas".